Un detenido guineano manda al hospital a una agente de policía tras romperle la mandíbula a golpes
Estefanía, la policía de 32 años, se dirigió a los calabozos y en un descuido el descuido se abalanzó sobre ella
Abu Sayang dejó a la agente inconsciente tras una brutal paliza
Todo sucedió en apenas unos segundos. Algunas fuentes lo atribuyen a un descuido de la agente, otros a una imprudencia fruto de un exceso de confianza. Hay quien critica que falte personal en la comisaría. Lo único cierto es que Estefanía, una policía de Valencia, está ahora mismo en el hospital con fracturas en la nariz, la frente y la mandíbula tras los 20 segundos más terribles de su carrera como agente del Cuerpo Nacional de Policía.
El miércoles la agente Estefanía cumplía su turno como cualquier otro día en el complejo policial de Zapadores, en Valencia. Hasta allí había sido conducido Abu Sayang, un ciudadano guineano de 36 años que reside desde hace tiempo en Valencia. Abu se gana la vida como gorrilla en la capital del Turia y es un viejo conocido tanto de sus compañeros que aparcan coches como él y de la policía. Abu es una persona muy violenta.
De hecho, algunas de las fuentes consultadas por OKDIARIO, indican que Estefanía había ido hasta los calabozos precisamente para calmar a Abu, quien estaba alborotando al resto de detenidos tras ser encerrado por pelearse y golpear a otro gorrilla por una discusión por una zona de aparcamientos, una de las causas habituales de disputas entre este colectivo.
Otros dicen que simplemente Estefanía fue la encargada de conducir al detenido hasta los calabozos. En cualquier caso, todos coinciden en que, por despiste, exceso de confianza o falta de personal, que la agente estuviera a solas con Abu fue un terrible error.
Puñetazos y patadas
Estefanía introdujo a Abu en la celda en la que debía permanecer hasta ser conducido ante el juez. Cuando la agente iba a cerrar la puerta el detenido la empujó tirándola hacia atrás. Cuando Estefanía cayó de espaldas en el suelo de los calabozos ya tenía encima, a horcajadas sobre ella, al detenido, quien comenzó a golpearla de forma violenta en la cabeza.
Para colmo Estefanía estaba aturdida ya antes de la lluvia de golpes porque al ser empujada por Abu se golpeó la cabeza contra los barrotes de la celda que estaba justo detrás de ella. Después de golpearle más de una docena de veces en la cabeza con sus puños el detenido decidió patear varias veces a la mujer en el suelo. Estefanía ya había perdido en conocimiento, no pudo protegerse con las manos y no llevaba protecciones especiales. Así se comprende la enorme gravedad de sus lesiones. Abu la estuvo golpeando a su antojo hasta que los compañeros de la policía pudieron llegar a los calabozos para apartarlo de ella.
La joven agente de policía de Valencia fue evacuada en ambulancia hacia el hospital donde los médicos confirmaron la gravedad de las lesiones: contusiones y fracturas en la nariz, en la cara y en otras partes de la cabeza que Abu había pateado y golpeado sin encontrar resistencia. Lo peor para la joven es que tendrán que operarla porque Abu le ha roto la mandíbula por varias partes.
El ruido de la agresión y los gritos de los otros detenidos permitió que los compañeros de Estefanía redujeran al detenido, pero para volver a sacarlo de la celda y que declarara sobre estos hechos fue necesaria la intervención de unidades especiales de la Policía equipadas con dotaciones de protección corporal.
El tal Abu lleva ya varios años residiendo en Valencia donde llegó como asilado internacional y donde ya ha protagonizado varios incidentes. De hecho, estaba en los calabozos no sólo por la pelea con el otro gorrilla, sino porque se le había identificado como agresor de otro inmigrante días atrás.
Estefanía pasará un tiempo ingresada en el hospital La Fe de Valencia, donde le van a reconstruir la mandíbula, y en cuanto sea posible prestará declaración antes sus compañeros del Grupo de Homicidios. Los agentes no descartan instruir policialmente el ataque a Estefanía como un homicidio en grado de tentativa, ya que de no haber intervenido el resto de los agentes que estaban cerca de calabozos podría haber acabado con su vida a golpes.
Los compañeros de la joven atacada quieren dejar claro que Estefanía estaba sobradamente preparada para asumir el riesgo de manejar a un detenido violento pero que lo que aquí pudo fallar es que no hubiera personal suficiente para que ella no acudiera sola a los calabozos poniéndose en riesgo. Las condiciones de trabajo del complejo policial de Zapadores ha sido punto recurrente de críticas por parte de la Policía de Valencia.
“Estefanía es una muy buena policía, muy valiente, con siete u ocho años de experiencia en el cuerpo donde sirvió mucho tiempo en la Unidad de Caballería”, explica uno de sus compañeros.
Abu todavía no ha declarado por lo ocurrido ante un juez. Ahora todo el colectivo policial está pendiente de saber qué ocurre con el agresor de su agente y todo lo que no sea mandarlo a prisión a la espera de juicio será lo más parecido a un insulto la Policía de Valencia.